45 años para una banda tan mítica y con tanta solera no es nada, se pasa en un suspiro y una densa y profunda carrera por la cual la banda de los hermanos Allman han tenido que capear contra viento y marea a diferentes épocas, el fallecimiento de miembros los cambios constantes dentro de su
formación y así hasta llegar a consolidarse como un icono dentro del Rock americano. The Allman Brothers Band tampoco es una banda fácil de catalogar dentro de un estilo musical, pues si hay algo que han conseguido ellos mismos es que nunca se debieran más que a hacer música, eso sí, bajo la base del Blues, un estilo que empezó a predominar por delante de todos en la época de los años 90, justo cuando volvieron tras un breve descanso y la entrada de nuevos valores dentro de la banda la cual ha hecho el mayor recorrido de su historia con 25 años estando en activa, por la cual los miembros han vuelto a entrar o a salir pero en un recorrido que nunca se perdió las ganas o la fuerza de seguir saliendo a los escenarios. Estos son 25 años que volvieron la credibilidad a la banda, aunque en lo que se refiere en la venta de discos no fuese acompañada, pero si con los resultados de sus directos. Los cuales les trajeron hacía Europa a principios de los 90 pero nunca llegaron a pisar suelo español.
Oí comentar que era un secreto a voces el hecho de que Gregg Allman y Dickey Betts se quisieran reunir una vez más para intentar sacar a frote el sueño de Duane Allman. Por un lado se conmemoraba el vigésimo
aniversario de la salida de su primer álbum. Gregg Allman empezaría hablar sobre su hermano donde le dedico unas líneas en el libro que edito junto a la caja de Dreams en el 1989. También al añorado Bery Oakley, bajista que fallecía un año después de Duane y que dejo la banda bastante tocada por aquel entonces. “Dreams” podría sonar a excusa para poder volver a ver a la banda en los escenarios, pero la nueva apuesta no quedaba allí. El gran Betts traería de su banda en solitario una gran nueva figura dentro del Blues, Warren Haynes, pupilo del músico David Allan Coe, el cual tendría una técnica que llegaría a
asombrar y al mismo tiempo acercar a la banda el espíritu de Duane allman. La banda tendría la entrada del bajista Allen Woody, un portentoso de las cuatro cuerdas que tenía una técnica muy rockera, no se recordaba tal técnica dentro del grupo desde Berry Oakley. En esta nueva época volvería otro pilar
fundamental dentro de la música de los Allman, sería el regreso de Jaimoe e la batería. Por aquel entonces se rumoreaba que sería Matt Abts el que sería el nuevo batería de la banda de los hermanos Allman, pero al final el propio Gregg decidió llamar a Jaimoe. La banda no tardaría en seguir su legado discográfico
con la inminente salida en el 1990 de su nuevo álbum, “Seven turns”, un regreso que sería un gran triunfo tanto en critica como en ventas. Al mismo tiempo la banda empezaría a volver a cambiar a miembros dentro de su seno dejando está el teclista Neel, el cual habría coescrito la canción “Maybell”, tema que saldría en el álbum “Hittin the Note” último álbum en estudio de la banda y editad en el 2003. No todos los acontecimientos de esta nueva etapa tendrían un sabor dulce para la banda, pues la marcha de Neel no sería el único bache que se llegaron a encontrar en el camino. La entrada como manager impuesto por la
propia casa discográfica sería una de las cosas que la banda vería con mal ojos y es que no se llegaban a fiar del todo por este hombre, que si mirando su curriculum vitae sería muy fácil de aconsejar pero al mismo tiempo no llegaría a encontrar con la norma del calzado para poder encontrar el rumbo necesario
que requeriría la banda por aquel entonces. Danny Goldberg (Led Zeppelin, Bonnie Raitt,…). La banda volvería al viejo continente para presentar el álbum, pero por desgracia ni una de sus fechas caería en la
península ibérica. En 1991 la banda se reforzaría con la llegada de un percusionista llegado del grupo de Jazz, Spyro Gura, hablo de Marc Quiñones. Un joven talento que reforzaría la base rítmica de la banda. Ese mismo año se meterían en estudio para grabar la continuación del álbum “Seven turns”, este llevaría el nombre de “Shades of two worlds” un disco con un gran tema, “End of the line”, llegando a ser el único single del álbum, o la revisión de un clásico escrito por el maestro Robert Johnson “Come on in my kitchen”. El disco en si suena mucho mejor que su antecesor, el público lo llego a aclamar como otra gran obra pero las ventas no acompañaron para nada. Siendo este su primer fracaso a nivel de ventas dentro de su nueva andadura que mucho menos estaba por terminar, sino todo al contrario, la banda se reforzaría a cada paso o
decisión que irían tomando. Llegando así a buscar una nueva casa donde podrían establecerse para hacer sus conciertos, The Bacon theater, ubicada en la gran avenida de Bradway en New York. Aquí grabarían varias sesiones, las cuales aparecerían resumidas en dos álbumes, “And evening whit…” y que saldrían en
diferentes fechas. Hasta que en 1994 deciden que es la hora de sacar un nuevo álbum en estudio “”Where it all begin” les trajo la tranquilidad económica, pues sería un álbum con mejor respuesta comercial que su antecesor. Por otro lado este es el último álbum donde estaría el legendario, fundador de la banda,
el guitarrista Dickey Betts. El álbum llego a firmar una canción que sería baluarte dentro de la carrera musical del guitarrista Warren Haynes, “Soulshine”, o con un formidable comienzo con el tema titulado “All nigth
train”. El disco es sin duda el más flojo de los tres discos que grabarían en la década de los años noventa. Pero que al mismo tiempo deja un gran sabor a la hora de paladear cada una de las canciones que entona.
Al mismo tiempo de ser un disco bastante flojo, esto se fue profundizando mucho más en la relación que tenían entre Gregg y Dickey los cuales estaban abriendo una gran grieta en su relación otra vez. Llegando a dejar el futuro de la banda pendiendo de un hilo muy fino y fácil de cortar. En el 1996, ese mismo año dos componentes más decidieron dejar la disciplina de la banda, Warren Haynes y Allen Woody viendo el panorama tan negro que se estaría formando alrededor y dentro del seno de la banda, deciden abandonar para dedicarse en exclusiva a un grupo que harían junto a un antiguo amigo de Warren, el batería Matt Abts, con un trio que fundarían dentro de un gran propuesta de llevar el Blues hasta sus límites, Gov’t Mule. Gregg Allman tuvo que sortear toda esta borrasca y contrataría los servicios del bajista Oteil Burbridge, para suplir la guitarra llamaría a Jack Pearson. En 1999, Dickey Betts decide dejar a su banda madre, eso sí, con una denuncia por los derechos del nombre de la banda, la cual llego a enfrentar a los dos músicos en un juzgado. Claramente, Gregg Alman pudo seguir con la banda y Dickey Betts nunca más ha vuelto a verse con sus hermanos, ni tan siquiera el día de la entrega de los galardones que se le entregarían por su larga trayectoria o el 40 aniversario con el que The Allman Brothers Band llego a celebrar por todo lo alto con multitud de músicos invitados como Eric Clapton, el recién fallecido Johnny Winter, o Buddy Guy entre otros. Para cubrir su puesto el batería Butch Trucks llamaría a su sobrino Derek, el cual se llega a ganar el puesto inmediatamente. La máquina de los Allman Brothers volvería a sonar.Jack Pearson sería un guitarrista poco nombrado dentro de la historia de los Allman, por un lado ser el compañero de Dickey Betts en los años más duros que llego a tener la banda y después el verse oscurecido por la sombra de un gran talento como fue Derek. Su paso solo le llegaría a dar unos años, justamente hasta el 2000.
Tras la trágica muerte del bajista Allen Woody, Warren Haynes rinde un conmemorativo homenaje donde no llegarían a faltar varios miembros de la banda de los Allman. Fue una época muy
dura para el guitarrista, el cual se la pasaría por la cabeza el dejar a Gov’t Mule tras la muerte de su hermano. Por suerte no fue así, pero si volvió a reunirse con la banda de los hermanos Allman, el cual ser reunión con ellos en la primavera del 2001 para los conciertos del Beacon Theater. Con la llegada de Warren Haynes, la banda volvería a reencontrarse con uno de los pilares que recondujeron su estilo musical en esta nueva etapa.
En el 2003 la banda entra por última vez a un estudio de grabación para dejar sellado su gran obra “Hittin the note”, un gran álbum que recogería varias canciones que la banda habría estado tocando durante la década de los años 90, como la ya mencionada “Maydell”, también una nueva visión del tema que Gov’t Mule reproduciría en su primer álbum, “Rockin’ horse”.En él se llegaría a echar de menos el Rock-Country que Dickey Betts llevaba impreso como seña de identidad en el sonido de su guitarra. Con el éxito del álbum un año después se vería editado como álbum oficial “One way out: Live at the Beacon Theater”. Casa por la que estuvieron durante casi veinte años, a excepción del 2010 que tendrían que cambiar de residencia por unos problemas ajenos a la propia banda, y que se resolvieron rápido. En esta década hemos visto como celebraban el 40 aniversario, y como 5 años después sus dos guitarristas deciden poner punto y final a su trayecto por el paso de la banda. Hoy, esta noche. The Allman Brothers Band ponen punto y
final a sus 25 años de una etapa que comenzó en el 1989.
final a sus 25 años de una etapa que comenzó en el 1989.
¿Es el final de la banda? No se sabe a ciencia cierta, los rumores de posibles sustitutos siempre han estado ahí,
como la incorporación de Devon Allman, u otro imposible, el regreso de Dickey Betts. Lo que si es cierto es que esta noche será concierto que nadie que ame a la música de los Allman brothers hubieran querido perderse, seo también, es el concierto que un fan de los Allman Brothers nunca hubiera deseado que se llegase a realizar.